La tragedia
griega es uno de los primeros géneros de teatro de los que se tiene recuerdo y
uno de los más conmovedores. Memorables historias como Hipólito, Antígona y
Electra pueblan este género maravilloso. La tragedia griega tiene su apogeo en
el siglo V, la época de Pericles, un amante de las artes pero también de la
literatura. Medea de Eurípides cuenta con 6 episodios de los cuales el último
es el éxodo de la historia y al comienzo hay un prólogo en el que se narra
brevemente la aventura de Jasón en la nave Argos hacia la Cólquida, su
casamiento con Medea y la posterior traición del héroe a la hechicera cuando
rompe su juramento divino
En el siguiente ensayo se
analizará la oposición realidad-apariencia de los personajes de la
obra del dramaturgo y lo que los compele a realizar estas acciones.
Al comienzo de la historia se
muestra una hechicera enojada, la verdadera Medea que no hace otra cosa mas que
maldecir a todos los residentes del palacio de Corinto y pensar en una forma
para vengarse del héroe traidor.
Mas tarde, ya finalizado el
prólogo, Creonte viene personalmente a desterrar a la desdichada y ella se da
cuenta de que con su actitud ponzoñosa no va a poder lograr llevar a cabo su
venganza y decide actuar como víctima. Así, mediante alabanzas y frases que
pegan en sus puntos débiles, como la patria que ella ya no tiene y los hijos a
los que debe cuidar, la vengativa extranjera logra asegurar su estancia en el
palacio durante un día más.
“Medea: […] Según creo, has obrado con prudencia
[…]
Creonte:
Fuera de mis hijos, lo que más amo es mi ciudad.
[…]
Medea:
Concédeme de plazo este día, y pensare en donde he de refugiarme con mis hijos;
compadécete de su suerte que tú también los tienes.”
Por otra parte, cuando Jasón
vine a ofrecer su ayuda para que no le falte nada en su destierro, los
sentimientos de ira de la hechicera salen a flor de piel y se muestra tal cual
es como una hechicera rencorosa y vengativa sin necesidad de actuar por el
momento. Lo acusa por su infidelidad y le echa en cara el hecho de que sin su
ayuda nunca hubiese podido superar las pruebas para recuperar el vellocino y
volver a su patria.
“Medea: […]
No es confianza ni fortaleza mirar frente a frente a los amigos a quienes
injurias, sino desvergüenza, la mas grave de las debilidades humanas. No
obstante, has hecho bien en venir, porque me consolaré maldiciéndote, y tu sufrirás
oyéndome”
Durante su diálogo con Egeo, rey
que la respeta, Medea no tiene que esconder su ira pero sí logra asegurarse un
lugar al que huir tras contarle su real historia a Egeo, no la de extranjera
feliz que se casó con un héroe sino la del traidor que faltó a su palabra y se
casó con la princesa de Corinto.
En el segundo diálogo con Jasón,
Medea ya tiene su plan para asesinar a Glauce y a quien la toque con regalos
llevados por los mismísimos hijos de Jasón y decide usar otro truco para
convencer a Jasón de que permita que su linaje se quede con él en Corinto. Esta
vez, no actúa como víctima sino como arrepentida, dice que reflexionó estando
en calma y se dio cuenta de que fue una insensata al encolerizarse con él, que
solo quería lo mejor para sus hijos. Completa su punto hablando de lo fácil que
son las mujeres afectadas por sus emociones y por las cosas que consideran “propias”:
“Medea: […]
He reflexionado más tranquila, y me he dicho lo siguiente: ¿Por qué me
enfurezco contra mi esposo, que por nosotros hace lo que mas nos conviene. […]
reconocí que era insensata en sufrir tan grandes males, y que sin razón me había
encolerizado. […] Pero somos mujeres, somos como somos, no diré mas. […] la
mujer es sensible de lo suyo y de llorar su destino.”
Tras esto, Medea tiene una
disputa interna entre su rol de madre amorosa y la bruja vengativa que quiere
destruir a Jasón cuando esta cerca de realizar su plan. La madre amorosa
intenta detener a la bruja y que no mate a sus hijos pero la bruja gana el
duelo y el plan sigue su curso.
Una vez muerta la princesa, el
rey y los hijos de Jasón, Medea se muestra por última vez como la Medea
original, la bruja vengativa que logró cumplir su propósito y ahora puede
escapar, llena de regocijo por los males que le causó a su marido.
En conclusión, a lo largo de toda la obra se ve una hechicera que tiene que cambiar constantemente de actitud frente a los distintos personajes. Pasando por actuaciones de victima, así como de arrepentida para poder, en el final, hacer justicia a su manera destruyendo la familia del aclamado héroe Griego.
En conclusión, a lo largo de toda la obra se ve una hechicera que tiene que cambiar constantemente de actitud frente a los distintos personajes. Pasando por actuaciones de victima, así como de arrepentida para poder, en el final, hacer justicia a su manera destruyendo la familia del aclamado héroe Griego.